Rugby: Triunfo clave para soñar

En la madrugada de hoy, se volvió a escribir una página gloriosa en la historia del deporte argentino, de esas que quedarán en el recuerdo de los amantes del rugby y del deporte nacional. Porque en un partido épico, que no escatimó recursos en lesiones, lluvia, dictamenes en contra y presiones hasta el final, Los Pumas lograron imponerse ante su par escoces por 13-12 y de esta manera, el pasaje a cuartos por tercera vez consecutiva, quedó a la vuelta de la esquina, ya que un triunfo ante Georgia la semana que viene, dará por resultado la concresión del primer objetivo.

Fue un partido duro, durísimo desde el arranque. Con El Cardo teniendo la posesión de la pelota en más de un 70% y con el equipo nacional defendiéndose con uñas y dientes. Pero impreciso también. Tanto Contepomi como Rodriguez Gurruchaga fallaron en los palos por el lado argento, y asimismo sucedió con Paterson para los britanicos, algo clave para un partido que suponía escasas visitas al ingoal rival. Sin embargo, todo se hizo más cuesta arriba al perder, primero a Fernandez Lobbe (golpe en la rodilla) y luego a Roncero (desgarro en el gemelo izquierdo). El final del primer tiempo fue de 6-3 abajo.

Los nervios, las ansias y también los malos presagios se continuaban en la Argentina, sobre todo porque cuando se logró igualar, en dos jugadas sucesivas, Escocia estiró ventajas (drop y penal) para decretar un 12-6 que se tornaba inalcanzable buscando los palos. Los errores se sucedían, quedaban diez para el final y las chances de seguir con vida se esfumaban. Pero apareció el corazon Puma. Felipe abrió para Bosch, que se animó, pasó y terminó cediendole el balón al ingresado Lucas Gonzalez Amorosino (figura en el partido contra Rumania) que se mantuvo en pie cuando se iba de la cancha, pasó entre cuatro en dos fases, pisando hacia adentro y conquistó el ingoal a falta de 8´. Contepomi convirtió para pasar al frente y a sufrir. Escocia tuvo la última posesión, jugaron al drop de Paterson que falló a metros de los palos e incluso se estiró el cierre a tres minutos más, que fueron eternos. Pero había que ganar y se ganó. Ahora viene Georgia y después ¿All Blacks? ¿O quizás la esperanza de volver a chocar con Francia?. Que importa ahora, ya habrá tiempo de pensar. Lo que quedó claro, una vez más, es que a pesar de todo, Pumas rima con corazón.