En un partido para el infarto, nuevamente sobre el cierre, Argenitna superó a su par de China y va en búsqueda de la final del torneo, en el clásico contra Holanda.
Emocionante. Apasionante. Así fue el partido de cuartos de final que decretó nuevamente a Las Leonas a sentarse a la mesa de las cuatro mejores selecciones del mundo. Un lugar ganado a lo largo de la rica historia actual, lugar que se viene repitiendo desde hace, al menos, 10 años. Pero sin dudas que no fue una tarea fácil ni mucho menos un trámite el acceso a esa instancia. La durísima selección asiatica suele vender cara la derrota.
La primera fue para las locales y llegó de la mano de la goleadora Noel Barrionuevo, quién abrió el marcador de penal, consiguiendo el único tanto de la primera mitad. El encuentro era atractivo pero todavía no tenía la cuota de emoción que adquiriría sobre el final. Primero, el empate de las chinas, luego la conquista de Delfina Merino, un nuevo empate al minuto siguiente y a sufrir.
Argentina quedó con una menos, por la amonestación de Scarone, pero supo mostrar las garras y a poco del final, Luchetti instaló cifras definitivas y montar en el horizonte, el clásico más importante a nivel mundial, frente a Holanda, por un premio nada menor, la final de la Champions, aunque se dice por ahí, que esta es la "final anticipada".
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