Con derrotas de Pico Mónaco y Juan Martín Del Potro, Argentina obtuvo el peor resultado en la primera jornada y deberá ganar el dobles, para mantenerse con chances en la final de la Copa Davis
Un desafío especial, sin lugar a dudas, aparecía frente a nosotros: la chance de conseguir la primera Ensaladera de Plata, visitando a España, último verdugo (en Mar del Plata 08) y con el mejor del mundo en la superficie de su lado.
La esperanza duró poco para Pico: tras empezar 1-0, perdió 7 games seguidos, para quedar 1-6, 0-1 en casi una hora de juego. Toda la entrega a la cual nos tiene acostumbrados más el doblegar los esfuerzos por la motivación que le entregaba disputar su primera final, no tuvo reflejo en el court central de Sevilla, ya que finalmente, al cabo de dos horas 45 minutos, la victoria fue para el español, que sin fisuras, encadenó un 6-1, 5-1 y 6-2.
Más tarde, la primera de las esperanzas argentinas (no en desmedro de Mónaco), 11º en el escalafón mundial y ganador de US Open en 2009, Juan Martín Del Potro, enfrentaba a David Ferrer, 5º del mundo y punto clave en aquella fatídica serie.
La mano también empezó cambiada, ya que el español logro un quiebre rápido, demostrando que se lo subestimó demasiado (se apuntó a ganar sus dos puntos más el dobles) fue excesiva: 6-2 y a exigir al 110 % a la Torre.
Delpo acusó el golpe y redobló los esfuerzos, ya que debía ganar el punto más de una vez, apoyado en su derecha, que empezó a hacer mella en el juego rival, para encaminar las cosas, aunque así y todo, el segundo set se definió en tie-break, esta vez para lado argento y volver a empezar.
En el tercer set se vio lo mejor del tandilense de 23 años, ganando con holgura los puntos de saque e incomodando a Ferrer, para un parcial que lo ponía al frente por 6-3. El cuarto pudo haber sido el que empatara la serie, pero tras un 4-4, el español fue más lúcido y a definir en el quinto.
En el último, Juan Martin fue una sombra, perdió rápido su saque, a causa de un cansancio físico notorio por la batalla de casi 5 horas y el final fue adverso pro 2-6, 7-6, 6-3, 4-6 y 3-6, en el cual, la imagen del final, ambos cara a cara con la red, fue más que elocuente.
La esperanza queda depositada en David Nalbandian y Edu Schwank para seguir en camino, aunque la Davis, siempre esquiva, otra vez parece alejarse de nuestras manos.
0 comentarios:
Publicar un comentario