Fútbol: Decepción y esperanza

Publicado  miércoles, 30 de noviembre de 2011

El seleccionado argentino de fútbol, en esta nueva etapa y desde hace mucho tiempo, atraviesa por un lapsus de cambio, lo que trae aparejado una difícil catalogación y que cada partido en sí, se revele como caja de Pandora, dependiendo de cómo se levantan nuestras figuras el día del partido para conocer el resultado.


De esta manera, en el que se vislumbraba como el partido más sencillo de la serie de dos, Argentina tan solo pudo igualar con su par boliviano, en un Monumental hostil y semi vacío, que cada día parece alejarse más como escenario para recibir al conjunto de Sabella en estas Eliminatorias. Como en la pasada edición de la Copa América, Bolivia empezó venciendo, otra vez, por un error nuestro (en este caso, una mala salida por parte de Demichelis) para arrancar nuevamente un encuentro en desventaja por culpa de Martins.


Más tarde, una buena combinación de toques terminó en los pies de Lavezzi, que de zurda puso pardas para no acumular la segunda derrota consecutiva. Igualmente, en el horizonte aparecía el viaje a Barranquilla, y las dudas se multiplicaban.


Ese martes de calor en suelo cafetero trajo un poco de aire para el DT argento y una pizca de esperanza para lo que está por venir, para cerra el año entre los punteros.


De igual manera que cuatro días antes, todo arrancaba de la peor manera: después de un primer tiempo con pocas emociones, el juego trabado en mitad de cancha y casi nulas situaciones de gol para ambos equipos, Colombia tuvo la primera clara con un tiro libre sobre el cierre. La fortuna le jugó una mala pasada a Romero, ya que el envío se desvió en Mascherano y nos ibamos al descanso abajo.


Luego del descanso, se vio lo mejor de Argentina en el último tiempo: mucha entrega, jugadores que se doblegaban en la marca, juego asociado y un Messi que se hizo cargo para llevar al equipo hacia la victoria.


Primero, el 10 abre por izquierda con Sosa, que envía un centro atrás, desatención defensiva entre Yepes y el uno local, para que el capitán marque el empate capturando el rebote. Más tarde, aprovechando el ingreso de Agüero (fundamental en la levantada), el del Barcelona habilita a Higuain, el 9 que no puedo superar al arquero y el de Manchester City que consigue el rebote para cantar victoria.


Fue una muestra de actitud, coraje y entrega, en el clima incendiario que se vivía en el estadio. Llegará el receso hasta el año próximo, para reacomodar las fichas, volver a barajar, resaltar virtudes y maquillar errores, en pos de la levantada que esta Selección merece. De ellos depende.

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